PLATAFORMA CIUDADANA
LA OTRA CARA DE LA ISLA
El Puente del Marqués de Ureña
Es un viaducto de pequeñas proporciones situado en terrenos militares, al norte de la ciudad de San Fernando (Cádiz).
El origen del puente se debe al auge de la construcción naval instigada por la llegada al trono de España de la dinastía Borbón y el consecuente aumento de la actividad del Arsenal de la Carraca; paralelamente a este florecimiento se establece en la Isla la Población Naval de San Carlos, la unión de estos dos enclaves isleños se hace a través de un camino que discurre paralelo a las marismas desde la citada Población hasta la punta de la Clica, y desde allí, por medio de un puente de barcazas hasta el Arsenal.
El tránsito de mercancías entre Cádiz, Chiclana y Conil, se hace atravesando el caño de Sancti Petri, pasando por delante de la flota fondeada en la Carraca, con el peligro inherente; para soslayar este peligro se propone la construcción de dos canales, perpendiculares entre sí, el de San Carlos (conocido en la Isla como Caño 18) y el de las Astillas, que une el actual Puente de Hierro con el embarcadero del antiguo embarcadero del Cuartel de Instrucción, este caño debía prolongarse hasta llegar al saco interior de la Bahía, para salvar este caño, Don Gaspar de Molina y Saldivar, a la sazón Marqués de Ureña y director, entre otras muchas cosas, de las obras de la población manda construir un puente que es inaugurado en 1792, durante el reinado de Carlos IV, ...vino Trafalgar, la Guerra de Independencia, se acabaron los dineros y ni la población, ni el caño llegó nunca a terminarse, con lo que el puente quedó relegado, como tantas cosas en la Isla a no llevar a ninguna parte.
El Cementerio de los Soldados
"Aquí yacen marinos franceses del vicealmirante Rosily y soldados del general Dupont vencidos en Bailén, reposan Hermanas de la Caridad, mujeres, niños, civiles y miles de soldados y marineros españoles, muchos de ellos caídos en defensa de la Constitución de 1812. Y tal vez republicanos fusilados por la barbarie fratricida de la Guerra Civil. No es un lugar para olvidar". (Miguel Ángel López Moreno)
No se tiene constancia del momento exacto de la inauguración de este cementerio, surge para dar cumplimiento de una real orden que prohíbe exhumación dentro de los recintos de los templos, y obliga a realizar los enterramientos en zonas al aire libre, alejados de las poblaciones, es por tanto, y así debería ser llamado, el cementerio de la Población Militar de San Carlos, o simplemente Cementerio de San Carlos.
Entre el primero de agosto de 1809 en que tenemos constancia de los primeros enterramientos y el seis de septiembre de 1911 en el que se deja constancia del último sepelio, más de 5780 almas han recibido sepultura en ese camposanto, hoy olvidado. Reposan en esa tierra prisioneros franceses de la escuadra de Rosilly y del ejército del General Dupont, derrotado en Bailén; hay también franceses fallecidos en el Hospital de San Carlos, pertenecientes a los Cien Mil Hijos de San Luis, compañeros sin duda de aquel DEBREULLE, que dejó su firma grabada en las piedras ostionerías del muelle de la pólvora en Punta Cantera; descansan también entre sus, hoy caídos muros, trabajadores del arsenal y del Hospital; yacen los cuerpos de hermanas de la Caridad y de prisioneros Carlistas que vinieron a la Isla a morir; fueron enterrados en esta tierra consagrada condenados, ahorcados y desmembrados; fueron inhumados en este cementerio muchos mozos, marineros e infantes de marina que un día fueron llamados a servir a su patria y a derramar por ella si preciso fuera hasta la última gota de su sangre, y ellos cumplieron hasta el final la palabra dada, pero la patria desagradecida, ni una cruz, ni una lápida, ni una flor, ni siquiera un triste recuerdo dejó para ellos, puede que también hayan sido escondidos entre sus muros algunos de los ajusticiados durante la guerra civil, pero de estos tan solo nos quedan rumores.
Españoles y franceses que un día vivieron y murieron en la Isla y en ella quedaron para toda la eternidad y que hoy yacen entre los muros de un cementerio sin tumbas, un camposanto sin lápidas, una necrópolis sin cruces, un osario sin recuerdos, almas que vagan sin nadie que las llore, sin nadie que les rece, almas de personas, que sin importar su religión, su origen, su nacionalidad o su ideología merecen al menos un respeto.
Para más información visita la página web de Miguel Angel López Moreno "la web de Milán"
(http://milan2.es/OtraIsla/OtraIsla_Cementerio_Ingles.html)
(http://elblogdelmilano.blogspot.com.es/2016_01_01_archive.html
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